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La artrosis de tobillo es menos frecuente que la que acontece en otras articulaciones del miembro inferior. Es la mayoría de los casos son de causa postraumática (consecuencia de lesiones ocurridas previamente en la articulación) aunque éstas suelen ser menos sintomática. Clínicamente cursa con dolor, pérdida progresiva de movilidad y deformidad de la articulación. El diagnóstico se realiza mediante radiografía simple, generalmente en carga, aunque puede asociarse a la realización de TC o RM si se requiere para complementar el diagnóstico. El tratamiento puede ser conservador (mediante modulación de la actividad, adaptación del calzado y medicación analgésica) o quirúrgico. Las técnicas quirúrgicas son variadas siendo la artrodesis (fusión de la articulación) la más extendida y la que presenta resultados más predecibles. En los últimos años se han desarrollado las técnicas de sustitución articular (prótesis de tobillo) y artrodiastasis con resultados prometedores en pacientes de características determinadas.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado? El tratamiento viene determinado por el tipo de fractura, el desplazamiento, el mecanismo de la lesión y las lesiones asociadas. En los casos en lo que se opte por un tratamiento conservador, éste suele consistir en la inmovilización rígida durante un período aproximado de 6 semanas sin apoyar el miembro lesionado. El tratamiento quirúrgico consiste en la osteosíntesis con placa y tornillos que en ocasiones permiten evitar la inmovilización rígida aunque no se autoriza la carga hasta pasadas las 6 semanas, generalmente. En algunos casos, el tratamiento se debe complementar con el uso de fijadores externos o asociar técnicas artroscópicas. |